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sábado, 25 de abril de 2009

Las mujeres, que leen, son peligrosas



Cuando Ana me regaló hace dos años este libro sentí que "un libro tambíen puede enamorarnos visualmente". Es de esos libros que la primera vez que lo tienes en las manos necesitas acariciarlos. Después lo ojeas de principio a fin concentrándote en las fotografías (cuadros, dibujos,fotos).

Varias veces fui retrasando su lectura, lo abría y solo quería disfrutar de la belleza de sus imágenes. Nunca ha estado en un estante una vez leído, lo tengo cerca, a mano y vuelvo a él periódicamente por el puro placer de contemplarlo.

Las mujeres, que leen, son peligrosas es una defensa de la libertad de expresión y un homenaje a los escritores y a todas las mujeres lectoras. Su autor repasa la historia de la lectura femenina desde la Edad Media hasta nuestros días. Recuerda que tuvieron que pasar muchos años antes de que las mujeres pudieran leer libremente lo que deseaban, tanto para su educación como por placer. Años en los que se limitaron a bordar, rezar, cuidar de sus hijos y cocinar, hasta que, a través de la lectura, del pensamiento, de la imaginación y del saber, vivieron experiencias que hasta entonces sólo estaban reservadas a los hombres. Y entonces, se volvieron peligrosas.

Para mostrar este recorrido, Bollman selecciona una serie de pinturas, dibujos, grabados y fotografías de mujeres leyendo, realizados por varios artistas, desde la Edad Media hasta el siglo XXI. Desde Rembrandt hasta Hopper, pasando por Vermeer, Manet, Matisse, Casas y por la fotógrafa Eve Arnold. Se trata de imágenes que van acompañadas de un comentario del escritor, en el que explica el entorno en el que fue creada la imagen, quién es la lectora, y el texto que está leyendo.

El libro empieza con la imagen de la Anunciación de María, del pintor Simone Martini de Siena, en la que se ve a la Virgen sorprendida por el ángel en plena lectura. El texto nos explica que la Virgen ya no es la inocente ingenua que los teólogos solían reflejar, sino una mujer inteligente que se apropia del saber y el conocimiento no por obediencia, sino gracias a la lectura y al estudio. Y concluye con la fotografía de Marilyn Monroe leyendo el Ulises, realizada en 1952 por Eve Arnold. En el texto, el autor cuenta que fue a ver a la fotógrafa para preguntarle si de verdad la actriz leía a Joyce, y ésta le respondió que Marilyn no sólo leía el libro, sino que le gustaba mucho y lo leía en voz alta.


Las mujeres, que leen, son peligrosas también incluye un prólogo realizado por la editora catalana Esther Tusquets, en donde nos muestra, de una forma íntima, la lucha de las mujeres por tener acceso a los libros y el conocimiento, y la discriminación que tuvieron que sufrir para lograrlo.

Tusquets recuerda cómo durante siglos se dificultó el acceso de la mujer a la lectura y se les prohibieron determinados libros. Y explica que a muchos hombres las mujeres que leen les parecían sospechosas "porque la lectura podía minar en ellas una de las cualidades que ellos mismos más valoraban: la sumisión. Todavía cuando yo era niña, en la España de los años 40, algunas de las amigas de mi madre me advertían escandalizadas que el exceso de lectura y de saber me llevaría a tener mayores problemas con los hombres", cuenta.




Para la editora, el acceso de la lectura supuso un gran avance para la mujer. "Le dio mayor confianza en su propio valer, la hizo más autónoma, la ayudó a pensar por sí misma y le abrió nuevos horizontes", dice. Y ahora que la lectura se ha generalizado y ha perdido poder, ¿son peligrosas las mujeres que leen? Para contestar a esa pregunta Tusquets cita a un amigo suyo al que le hizo esa pregunta y quien le respondió que a él, las que le daban más miedo "son las que no leen".





5 comentarios:

Platja dijo...

Me gusta tu blog. Tengo leído por ahí que hay quién no concibe el mundo sin pájaros, Borges no lo concebía sin libros, y tú por lo visto no lo concibes sin el Arte.
En los años cuarenta del siglo pasado en Denia a mi madre le llamaban la “novelista”, no porque escribiera libros si no porque los leía. Como estaba mal visto, tenía que esconderse para leer.
La clandestinidad de las lectoras “habita el olvido”, espero que J. Sabina no se ofenda por utilizar una frase de una de sus canciones.
Los ignorantes no saben lo peligrosas que podemos llegar a ser.
Un abrazo,

Ángel Fondo dijo...

Reconozco no haber leído el libro, por ello, tal y como me dicta mi conciencia de internauta, me puse a buscar referencias de él en nuestro ya imprescindible Google; ahora -me dije- ya sabré algo más y así podré comentar a mi amiga. Pero mira por donde buscando entre los textos encuentro un comentario gracioso. Sabiendo mi inclinación a la gansada, he decidió hacerle algunos cambios y aprovechar la moraleja para enlazarlo con tu magnífico texto.

Cuento con moraleja:

Una pareja de vacaciones se dirige a un lago cercano pues el esposo amaba la pesca, a su mujer, sin embargo, le encantaba leer.
Cuando él volvió después de varias horas de pesca decidió tumbarse y ponerse a dormir a la sombra de unos árboles cercanos.
Aunque no estaba familiarizada con el lago, la esposa decidió salir a pasear en el bote. Remó una corta distancia lo ancló y retomó la lectura de su libro.
Al poco rato apareció un guarda en una lancha y le dijo:
- Buenos días señora... Qué está haciendo?
- Leyendo - respondió ella, pensando ¿Es que acaso no es obvio?
- Se encuentra en un área de pesca restringida.
- Pero si no estoy pescando... ¿No lo ve?
- Sí, pero tiene todo el equipo. Tendré que llevarla conmigo y ponerle una multa.
- Si usted hace eso lo denunciaré por violación -dijo la mujer indignada
-¡ Pero si ni siquiera la he tocado...!
- Ya, pero tiene todo el equipo…

MORALEJA
Nunca te metas con mujeres lectoras, son peligrosas…

Un beso para ti y un abrazo a ese que se ríe a tu lado.

monicalvarez dijo...

Hola Aurora:
la ignorancia es uno de los pilares importantes para ejercer el poder.Es por eso que la mujer lectora pasa a convertirse en peligrosa pues comienza a superar la ignorancia y su espíritu empieza a evolucionar en mayor medida que lo que la casa,la cocina y la crianza le permiten.
No solo las mujeres lectoras eran "peligrosas".También las escritoras.No es desconocido que algunas lo hicieron bajo seudónimos masculinos como George Eliot,George Sand o bien nunca publicaron como Leonor de la Cueva y Silva y muchas otras.
Afortunadamente esta situación hoy solo es parte de la historia.

Saludos desde Chile

vitruvia dijo...

Hola.
Me ha parecido que tienes un blog bellísimo en cuanto a contenidos; lástima que sean casi imposibles de leer debido al poco contraste entre fondo y letra.

Me gustaría mucho que me indicases el autor del libro que citas y la editorial, para salir por patas a comprarlo.

Quedo impaciente y agradecida.

Ana Galindo dijo...

No tengo claro si esto sirve para algo o no, pero como me ha llegado generosamente, te lo hago llegar con generosidad.
Nos ha gustado tu blog, y te lo queremos decir así

http://yaestamosenquintob.blogspot.com/2010/04/premio-magico.html

Ana y la clase de Quinto B

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